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Precalienta el horno a 170 °C (340 °F) y prepara un molde alto de 20 cm, engrasado y con papel de hornear en la base.
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Separa las claras y las yemas de los huevos.
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Bate las claras a punto de nieve con la pizca de sal. Cuando empiecen a espumar, agrega la mitad del azúcar poco a poco hasta obtener un merengue firme.
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En otro bol, bate las yemas con el resto del azúcar y la vainilla hasta que estén espumosas y claras.
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Incorpora a las yemas la leche tibia y el aceite, mezclando suavemente.
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Agrega la harina tamizada con el polvo de hornear poco a poco a esta mezcla.
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Incorpora el merengue en tres partes, con movimientos envolventes para no perder el aire.
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Vierte la masa en el molde, da unos golpecitos suaves para eliminar burbujas grandes.
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Hornea por 50–60 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo salga limpio.
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Deja enfriar en el molde 10 min y luego desmolda sobre una rejilla.
Consejos para que quede bien alto y esponjoso:
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No abras el horno antes de los 40 minutos.
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Usa ingredientes a temperatura ambiente.
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Tamiza bien la harina para airear la mezcla.
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Puedes envolver el molde por fuera con una toalla húmeda durante el horneado para que suba más parejo.