Al tocarlos con atención y respiración consciente, se produce una liberación emocional sutil y una reconexión con el presente.
Finalmente, frotar ambas palmas juntas enérgicamente durante 15 a 20 segundos no solo genera calor, sino también activa el flujo de energía (conocido en algunas prácticas como “chi” o “prana”) y puede renovar la sensación de vitalidad. Después de frotarlas, coloca las palmas sobre tus ojos cerrados y respira profundamente tres veces.
Estas técnicas, inspiradas en la reflexología, la acupresión y prácticas de meditación activa, ayudan a enviar señales de calma al cerebro y al sistema nervioso autónomo. Lo mejor es que se pueden hacer en cualquier lugar: en el trabajo, en casa o incluso en transporte público.
Dedicar solo dos minutos a tocar conscientemente tus manos puede ser suficiente para recuperar la calma, centrarte y liberar tensiones acumuladas en todo el cuerpo.