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Triturar el ajo: Puedes picar muy fino los ajos, machacarlos en un mortero o procesarlos con un poco de aceite de oliva para una textura más suave.
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Mezclar los ingredientes: En un bowl, combina la mayonesa, la crema ácida (o yogur), el ajo triturado, el jugo de limón, el perejil, la sal y la pimienta.
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Integrar bien: Revuelve hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados. Si prefieres una salsa más líquida, añade un chorrito de leche o agua.
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Reposar: Para que los sabores se integren mejor, deja reposar la salsa en el refrigerador al menos 30 minutos antes de servir.
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Ajustar el sabor: Prueba y rectifica la sal, el limón o el ajo según tu gusto.
Variantes:
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Salsa de ajo al estilo brasileño (molho de alho): Añade 1 cucharada de vinagre blanco y un poco de agua para una salsa más líquida, ideal para carnes asadas.
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Salsa de ajo picante: Agrega 1 cucharadita de salsa picante o chile en polvo.
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Salsa de ajo con hierbas: Incorpora un poco de cilantro, eneldo o albahaca fresca.
Conservación:
Guárdala en un frasco hermético en el refrigerador hasta por 5 días.
¡Esta salsa es versátil y queda increíble con pollo a la parrilla, papas fritas, empanadas o como aderezo para ensaladas!