-
Firme (no maduro): Si está muy duro al tacto, aún le faltan días.
-
Ligeramente blando (en su punto): Cede un poco al presionar suavemente, pero no queda hundido. Es ideal para consumir.
-
Muy blando (pasado): Si la piel se hunde fácilmente o se siente demasiado blando, puede estar demasiado maduro o con manchas oscuras por dentro.
2. Revisar el pedúnculo (parte superior)
-
Retira el pequeño tallo de la parte más angosta del aguacate:
-
Verde claro: Aún no está listo.
-
Amarillo-verdoso: En su punto perfecto.
-
Marrón oscuro: Puede estar pasado.
-
3. Color y textura de la cáscara
-
Variedades como Hass (las más comunes): Cambian de verde oscuro a morado-negruzco al madurar.
-
Si la cáscara tiene abolladuras muy blandas o manchas negras, puede estar dañado por dentro.
4. Agitarlo (opcional)
-
Si al agitarlo suavemente sientes que el hueso se mueve, es señal de que está maduro.
Tips adicionales
-
Si está verde, déjalo a temperatura ambiente (madura en 2-5 días).
-
Para acelerar el proceso, guárdalo junto a una manzana o plátano en una bolsa de papel.
-
Si ya está maduro, refrigéralo para que dure 1-2 días más.
¡Así evitarás aguacates duros o podridos! 🥑