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Extraé y limpiá la semilla:
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Quitá el hueso del aguacate con cuidado.
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Lavalo bien para eliminar cualquier resto de pulpa (sin pelarlo).
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Identificá los lados:
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El extremo más puntiagudo es el que debe ir hacia arriba.
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El extremo más plano va hacia abajo (es de donde saldrán las raíces).
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Prepará la semilla:
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Insertá 4 palillos en la semilla formando una especie de cruz, a la mitad de altura.
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Apoyala sobre un vaso con agua, de manera que la mitad inferior quede sumergida en el agua.
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Ubicación:
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Colocá el vaso en un lugar cálido y luminoso, pero sin sol directo fuerte.
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Mantené el agua:
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Cambiá el agua cada 2-3 días para evitar hongos y mantenerla limpia.
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Esperá a que brote:
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En unas 2 a 8 semanas, la semilla se partirá, saldrá una raíz gruesa hacia abajo y un brote hacia arriba.
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Trasplantá a tierra:
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Cuando el tallo tenga unos 15 cm de alto, recortalo a la mitad para fortalecer la planta.
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Luego, plantalo en una maceta grande con tierra rica en nutrientes, dejando la mitad superior del hueso afuera de la tierra.
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Cuidado de la planta:
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Necesita sol directo al menos algunas horas al día.
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Regá cuando la tierra esté seca en la superficie (evitá encharcar).
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Podá el tallo principal para que crezca más frondosa.
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Consejitos extra:
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¿Cuándo da frutos?
Si todo va bien, un aguacate sembrado en casa puede dar frutos entre 5 y 10 años después. A veces necesita polinización cruzada con otra planta de aguacate cercana. -
¿Interior o exterior?
Podés cultivarlo en interior en climas fríos, pero si vivís en zona cálida, mejor al aire libre. -
Fertilización:
En primavera y verano, podés agregar un fertilizante natural una vez al mes.