1. Rallá los limones
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Lavá muy bien los limones y rallá solo la parte amarilla (no la parte blanca porque amarga).
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Reservá la ralladura.
2. Exprimí los limones
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Sacá el jugo de todos los limones y colalo para quitar las semillas y pulpa.
3. Mezclá con azúcar
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En un bowl grande, mezclá el jugo de limón con el azúcar y la ralladura.
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Dejá reposar 10–15 minutos para que la ralladura libere todo su aroma.
4. Agregá agua fría
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Incorporá el litro de agua fría a la mezcla y revolvé bien hasta disolver el azúcar.
5. Colá y serví
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Si querés una limonada más suave, colala antes de servir para quitar la ralladura.
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Serví con hielo, hojitas de menta y rodajas de limón para decorar.
Tip extra:
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Podés reemplazar el azúcar por miel, estevia o sirope de agave.
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Si querés un toque diferente, agregá un chorrito de agua de azahar o un poco de jengibre rallado fresco.