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Batir la manteca con el azúcar impalpable hasta obtener una crema suave.
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Agregar las yemas, la vainilla y la ralladura si usás. Mezclá bien.
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Incorporar la fécula de maíz, la harina y el polvo de hornear (si querés que queden un poco más aireadas), tamizados.
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Mezclar hasta formar una masa suave, sin amasar demasiado. Si está muy blanda, refrigerá 20-30 minutos.
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Formá bolitas pequeñas (del tamaño de una nuez) y aplastalas un poquito con un tenedor o con la mano.
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Hornear en horno precocido a 160-170 °C (horno suave) por unos 10-12 minutos, o hasta que estén apenas doraditas por abajo (¡no deben dorarse por arriba!).
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Dejar enfriar completamente. Al sacarlas del horno están blanditas, pero luego toman su textura suave y arenosa.
Tips de la abuela:
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Guardalas en una lata o frasco cerrado, así se conservan tiernitas.
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Podés bañarlas con chocolate blanco, espolvorear con azúcar impalpable, o incluso usar la masa para hacer alfajorcitos con dulce de leche.
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¡Ideales para celíacos si usás harina de arroz o premezcla sin TACC en lugar de la harina común!