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Preparación del horno: Precalienta el horno a 180°C (350°F). Coloca papel pergamino sobre una bandeja para hornear.
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Mezcla la mantequilla y el azúcar: En un tazón grande, bate la mantequilla con el azúcar glas hasta que la mezcla esté suave y cremosa. Puedes hacerlo con una batidora eléctrica o con una espátula.
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Añadir el huevo y la vainilla: Agrega el huevo y la esencia de vainilla, y sigue batiendo hasta que se integren bien.
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Añadir la harina: Tamiza la harina y la sal sobre la mezcla anterior. Mezcla todo hasta obtener una masa suave. Si la masa está muy pegajosa, puedes refrigerarla durante unos 30 minutos para que sea más fácil de manejar.
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Formar las galletas: Puedes usar una manga pastelera con boquilla rizada o formar bolitas con las manos y aplastarlas ligeramente en la bandeja para hornear. Si prefieres, también puedes usar moldes para darle formas divertidas.
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Hornear: Hornea las galletas durante unos 12-15 minutos o hasta que los bordes estén dorados. Si las prefieres más crujientes, puedes dejarlas un poco más de tiempo, pero ten cuidado de no quemarlas.
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Enfriar: Saca las galletas del horno y déjalas enfriar en una rejilla.
¡Listo! Tendrás unas deliciosas galletas danesas de mantequilla para disfrutar con un buen café o té.
Si te gustan las galletas más decoradas, puedes sumergirlas parcialmente en chocolate o espolvorear un poco de azúcar glas por encima.
¿Te gustaría intentar esta receta o te gustaría ver alguna variante?
