1. Calentar la Leche:
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Vierte la leche en una olla y calienta a fuego medio sin hervir (hasta 85°C o cuando empiecen a formarse burbujas en los bordes).
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Revuelve ocasionalmente para evitar que se pegue.
2. Cuajar la Leche:
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Apaga el fuego y añade el vinagre o limón poco a poco, revolviendo suavemente.
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Verás cómo la leche se separa en cuajada (grumos blancos) y suero (líquido amarillento). Si no se separa totalmente, agrega 1 cucharada más de vinagre.
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Deja reposar 5-10 minutos sin mover.
3. Escurrir y Dar Forma:
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Forra un colador con la gasa y vierte la mezcla para separar el suero.
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Ata la gasa y cuelga sobre un tazón (o presiona con un peso ligero, como un plato) por 20-30 minutos para un queso más firme.
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Desmolda, sala al gusto y ¡listo!
Tips de Experto:
Para un queso más cremoso: Escurre solo 15 minutos.
Usa el suero sobrante para hacer pan, sopas o smoothies (¡es nutritivo!).
Variantes de sabor: Añade hierbas (orégano, tomillo), ajo picado o pimienta al queso antes de escurrir.
Ideas para Servir:
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Ensalada griega: Desmenuzado con pepino, tomate y aceitunas.
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Quesadillas: Derretido con champiñones.
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Postre: Mezclado con miel y nueces.