1. Infusionar la base
En una olla mediana, calentá la leche, la crema y la mitad del jarabe de arce a fuego medio. No dejes hervir, solo calentar bien.
2. Batir yemas
En un bowl, batí las yemas con el resto del jarabe de arce hasta que estén cremosas y pálidas.
3. Templar
Agregá un poco de la mezcla caliente a las yemas, batiendo constantemente (esto evita que se cocinen). Luego volcá todo en la olla nuevamente.
4. Cocinar tipo crema inglesa
Cociná a fuego bajo, revolviendo constantemente, hasta que la mezcla espese ligeramente y cubra el dorso de una cuchara. No dejes hervir.
5. Agregar vainilla y enfriar
Retirá del fuego, agregá la vainilla y una pizca de sal. Dejá enfriar completamente (podés usar un baño María inverso con hielo para acelerar).
6. Heladera o máquina de helado
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Si tenés máquina de helado, verté la mezcla fría y seguí las instrucciones.
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Si no tenés, volcá en un recipiente con tapa y llevá al congelador. Cada 30 minutos, batí con tenedor o batidora para romper cristales (repetí 4 veces).
7. Agregar las nueces
Cuando el helado esté semi congelado o al final del batido en la máquina, incorporá las nueces tostadas.
¡Listo para servir!
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Dejá reposar 5–10 minutos fuera del freezer antes de servir para que esté cremoso.
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Decorá con un chorrito extra de jarabe de arce y nueces por encima.