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Montar la nata: En un bol grande, bate la nata para montar con una batidora eléctrica hasta que esté bien firme. Asegúrate de que esté bien fría para obtener mejores resultados.
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Mezclar con la leche condensada: En otro bol, mezcla la leche condensada con la esencia de vainilla. Remueve bien para que se integren.
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Incorporar las dos mezclas: Con una espátula, incorpora la nata montada con la mezcla de leche condensada de forma suave, haciendo movimientos envolventes para que no se baje la nata y obtengas una mezcla aireada.
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Congelar: Vierte la mezcla en un molde apto para congelador y cubre con film transparente. Deja en el congelador durante al menos 6 horas o hasta que el helado esté completamente congelado y firme.
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Servir: Sírvelo en bolas y disfruta de un helado de vainilla cremoso y delicioso.
¡Listo! Con solo tres ingredientes y unos pocos pasos, tendrás un delicioso helado casero de vainilla. Puedes personalizarlo agregando trozos de galleta, frutas o chocolate, ¡pero esta receta básica es perfecta tal cual! ¿Te animas a hacerlo?