Antes de empezar a envolver el trozo de queso en papel de aluminio, debes prepararlo para el proceso. Asegúrate de tener una superficie limpia y utiliza un cuchillo afilado para cortar cualquier corteza o moho que pueda haber crecido en el queso. Una vez preparado el queso, puedes empezar a envolverlo.
Coloca el trozo de queso sobre el papel de aluminio y dobla los lados del papel hacia arriba y sobre el queso, asegurándote de solapar los bordes. Asegúrate de que el papel de aluminio quede bien sellado alrededor del queso para que no pueda entrar aire y estropearlo. Incluso puedes utilizar unos trozos de cinta adhesiva para que el paquete quede bien sujeto.
Ahora el queso debería estar a salvo de cualquier contaminación externa y durar más de lo que duraría sin el papel de aluminio.
-Conserva el queso con papel manteca
Envuelve el queso en papel de manteca o papel encerado para protegerlo y que conserve sus propiedades durante más tiempo. Asegúrate de envolverlo bien, pero no demasiado, antes de meterlo en una bolsa de plástico. Es importante que no cierres la bolsa, ya que se acumulará condensación, lo que puede hacer que el queso se estropee.
El papel de manteca o papel encerado es una forma eficaz de proteger el queso del aire y la humedad, que pueden causar moho o estropearlo. Además, el papel puede impedir que el queso absorba los olores de otros alimentos guardados en la misma bolsa.
Y, si utilizas papel encerado, también puede ayudar a evitar que el queso se seque demasiado. Envolver el queso en estos materiales es una forma sencilla pero eficaz de mantenerlo fresco durante más tiempo.