- Tritura la zanahoria cocida con un tenedor o licuadora hasta obtener un puré fino.
- Añade la miel y mezcla bien hasta lograr una textura homogénea.
- Aplica la mascarilla sobre el rostro limpio con la yema de los dedos o una brocha facial.
- Deja actuar de 15 a 20 minutos mientras te relajas.
- Enjuaga con agua tibia y seca el rostro con una toalla a toques suaves.
- Finaliza aplicando tu crema hidratante habitual.
¿Qué resultados puedes esperar?
Desde la primera aplicación, notarás una piel más suave, luminosa y con mejor textura. Con el uso regular, esta mascarilla ayuda a mejorar el tono del rostro, reducir los signos de fatiga y promover una apariencia más joven y saludable.
Es una opción sencilla, económica y natural para cuidar tu piel con ingredientes que probablemente ya tienes en casa. ¡Regálale a tu piel este mimo nutritivo y siéntete radiante!