Ingredientes:
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100 g chiles moritas (secos, unos 2-3 paquetes).
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1 cabeza de ajo (dientes pelados y machacados).
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2 tazas de aceite de oliva suave o aceite vegetal (no extra virgen, para evitar amargor).
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1 cucharada de vinagre de manzana o blanco (para conservación y balance).
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1 cucharadita de orégano seco.
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1 cucharadita de comino molido.
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1 cucharadita de sal (o al gusto).
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1 ramita de tomillo fresco (opcional, para aroma).
Preparación (Paso a Paso):
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Desinfectar y ablandar los chiles:
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Lava los chiles morita y remójalos en agua caliente por 10-15 min hasta que estén suaves. Escúrrelos y reserva.
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Infusionar el aceite:
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En una cacerola, calienta el aceite a fuego bajo. Agrega los ajos machacados y la ramita de tomillo.
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Fríe lentamente hasta que los ajos estén dorados (no quemados, ¡para que no amargue!). Retira los ajos y el tomillo (opcional: déjalos si prefieres más sabor).
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Tostar los chiles:
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En el mismo aceite, agrega los chiles escurridos y fríelos 2-3 min a fuego bajo, moviendo constantemente para que no se quemen.
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Licuar y sazonar:
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Retira del fuego y deja enfriar un poco. Luego, licúa los chiles con el aceite, el vinagre, orégano, comino y sal hasta obtener una textura semigruesa (como una pasta).
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Envasar y conservar:
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Vierte la salsa caliente en frascos de vidrio esterilizados (limpios y secos).
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Cubre con una capa fina de aceite limpio para sellar y evitar oxidación.
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Cierra bien y guarda en un lugar fresco o en el refrigerador. ¡Dura hasta 6 meses!
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¿Por qué hacer 100 frascos?
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Sabor explosivo: Ahumado, picante y ligeramente dulce (los moritas tienen un toque único).
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Versatilidad: Úsala en:
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Huevos revueltos.
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Pizzas o pastas.
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Adobo para carnes.
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Para marinar quesos (¡prueba queso panela bañado en esta salsa!).
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Regalo perfecto: Envasa en frascos bonitos y etiqueta como “Salsa Secreta de la Abuela”.
Tips Profesionales:
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Control de picor: Si prefieres menos picante, retira las semillas de los chiles antes de licuar.
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Variante premium: Añade 1 cucharada de miel al licuar para un toque agridulce.
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Conservación: Si la guardas fuera del refrigerador, asegúrate de que el aceite cubra siempre la salsa.