-
Corta las cáscaras en trozos pequeños.
-
Colócalas en un frasco o botella con el litro de agua.
-
Deja fermentar durante 3 a 5 días a temperatura ambiente, tapado pero no herméticamente cerrado.
-
Cuela el líquido y úsalo para regar tus plantas una vez por semana.
Beneficios: Ideal para plantas con flores, tomates, pimientos y frutales.
Opción 2: Fertilizante sólido (deshidratado y molido)
Preparación:
-
Corta las cáscaras en tiras.
-
Sécalas al sol, en horno bajo (90–100°C) o en una deshidratadora hasta que estén crujientes.
-
Tritura en licuadora o procesador hasta obtener un polvo fino.
-
Guarda en un frasco seco y oscuro.
Uso: Espolvorea en la tierra de tus macetas o huerto, especialmente al trasplantar o sembrar.
Opción 3: Fertilizante en composta
Simplemente:
-
Añade las cáscaras de plátano (cortadas) a tu compostera casera.
-
Se descompondrán y enriquecerán el compost con potasio y fósforo.
Consejos útiles:
-
No uses cáscaras con moho o podridas.
-
Lava las cáscaras si son de plátanos tratados (no orgánicos) para reducir residuos de pesticidas.
-
Puedes combinar con otros restos orgánicos como cáscaras de huevo o borra de café para un fertilizante más completo.