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Digestión mejorada:
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La menta ayuda a relajar los músculos del tracto digestivo, aliviando hinchazón, gases y indigestión.
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El limón estimula la producción de bilis, facilitando la digestión de grasas.
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Refuerzo inmunológico:
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El limón es rico en vitamina C, que fortalece las defensas y combate infecciones.
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La menta tiene propiedades antibacterianas y antivirales.
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Desintoxicación y hidratación:
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Esta bebida es diurética, ayudando a eliminar toxinas y mantener los riñones saludables.
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Ideal para rehidratarse después del ejercicio.
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Energía natural y alivio del estrés:
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El aroma de la menta reduce el cansancio mental y mejora la concentración.
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El limón aporta electrolitos que combaten la fatiga.
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Pérdida de peso (como complemento):
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Ayuda a controlar ansiedad por dulces y acelera el metabolismo.
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Baja en calorías (si no se añade azúcar).
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Aliento fresco y salud bucal:
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La menta combate el mal aliento, y el limón (en moderación) ayuda a reducir bacterias orales.
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¡Precaución!
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Si tienes reflujo gastroesofágico, limita el limón o tómala con menos acidez.
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No abuses si tienes sensibilidad dental (el limón puede erosionar el esmalte).
Esta bebida es perfecta para tomar por las mañanas, después de comer o como refresco natural. ¿Te animas a probarla? 😊🍋🌿
