- Lava, pela, y corta las manzanas en láminas finas. Si prefieres, puedes cortarlas en cubos pequeños.
- Coloca las manzanas en un bol y exprime unas gotas de limón para evitar que se oxiden.
- En una sartén grande, derrite 15 g de mantequilla a fuego medio. Añade las manzanas junto con 2 cucharadas de azúcar y la canela. Cocina durante unos 5-7 minutos hasta que las manzanas estén blandas y ligeramente caramelizadas. Reserva.
Preparar la mezcla de pudin:
- En un bol grande, bate los 2 huevos con los 100 g de azúcar, la pizca de sal y la esencia de vainilla hasta que la mezcla se vuelva espumosa y suave.
- Agrega los 500 ml de leche poco a poco mientras sigues batiendo. Si deseas una textura más espesa, añade la cucharada de maicena disuelta en un poco de leche (esto es opcional, pero ayuda a que el pudin tenga más cuerpo).
Montar el pudin:
- Precalienta el horno a 180°C (350°F).
- Engrasa ligeramente una fuente para horno con un poco de mantequilla.
- Coloca el bizcocho desmenuzado en el fondo de la fuente. Si el bizcocho está fresco, puedes cortarlo en trozos pequeños. Si es de un día anterior, desmenúzalo con las manos o con un tenedor.
- Vierte la mezcla de leche y huevo sobre el bizcocho, asegurándote de que el pan se empape bien.
- Distribuye las manzanas caramelizadas sobre la mezcla, de manera uniforme.
Hornear:
- Coloca la fuente en el horno y hornea durante 30-40 minutos o hasta que la superficie esté dorada y el pudin se haya cuajado. Puedes comprobarlo pinchando con un palillo o cuchillo: si sale limpio, está listo.
Servir:
- Deja enfriar el pudin durante unos 10-15 minutos antes de servir.
- Si lo deseas, espolvorea un poco de azúcar glas por encima para darle un toque dulce y decorativo.
- También puedes añadir unas almendras laminadas o nueces por encima antes de hornear o al final para un toque crujiente.
¡Y listo! Ya tienes un delicioso pudin de bizcocho con manzanas, perfecto para un postre casero y reconfortante. ¡Disfruta!