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Carameliza el molde (si no tienes caramelo líquido, puedes hacerlo con ½ taza de azúcar y 2 cucharadas de agua calentadas hasta dorar).
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En un bol, disuelve la maicena en 1 taza de la leche fría (evita grumos).
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En una olla grande, calienta el resto de la leche con el azúcar y la vainilla. Añade la ralladura si usas.
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Cuando la leche esté caliente, agrega la mezcla de maicena sin dejar de remover.
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Cocina a fuego medio-bajo, removiendo constantemente con cuchara de madera o batidor hasta que espese (unos 5–8 minutos).
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Una vez espeso, vierte la mezcla caliente en el molde acaramelado.
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Deja enfriar a temperatura ambiente y luego refrigera por al menos 4 horas (idealmente toda la noche).
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Desmolda pasando un cuchillo por los bordes y volteando sobre un plato.
Consejos:
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Puedes usar leche vegetal (como avena o almendra) para una versión sin lactosa.
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Añade canela o coco rallado para variar el sabor.
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Se conserva en la nevera hasta por 3 días.