-
Infusionar la leche:
-
En una cacerola, pon la leche a calentar a fuego medio. Si deseas aromatizarla, añade la piel de limón o una rama de canela y deja que se infunda durante unos minutos. No dejes que hierva.
-
-
Mezclar los ingredientes secos:
-
En un bol, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta que la mezcla se vuelva suave y pálida. Luego, agrega la maicena y mezcla bien.
-
-
Incorporar la leche:
-
Retira la cacerola del fuego y, con cuidado, añade la leche caliente a la mezcla de yemas, poco a poco, mientras bates constantemente. Esto ayudará a evitar que las yemas se coagulen.
-
-
Cocinar la crema:
-
Vierte la mezcla de vuelta a la cacerola y cocina a fuego medio, sin dejar de remover con una cuchara de madera o un batidor de varillas. La crema comenzará a espesar después de unos minutos. Sigue removiendo hasta que tenga una consistencia espesa y suave.
-
-
Finalizar la crema pastelera:
-
Cuando la crema haya espesado, retírala del fuego y agrega el extracto de vainilla para darle aroma. Si utilizaste la cáscara de limón, retírala ahora.
-
-
Dejar enfriar:
-
Pasa la crema a un bol limpio y cubre con film transparente en contacto directo con la crema para evitar que se forme una costra. Deja enfriar completamente antes de usarla.
-
¡Listo! Ahora tienes una crema pastelera suave y deliciosa para rellenar pasteles, tartas o profiteroles. ¡Disfruta!