- Preparar el café:
- Disolver la cucharadita de café instantáneo en un poco de agua caliente (o usar un espresso recién hecho). Reserva.
- Hidratar la gelatina:
- Coloca las hojas de gelatina en un bol con agua fría y deja reposar durante unos 5-10 minutos.
- Montar la nata:
- En un bol grande, monta la nata con la mitad del azúcar (unos 50 g). Reserva en la nevera para mantenerla fría.
- Cocinar las yemas:
- En un cazo, mezcla las yemas de huevo con el azúcar restante (50 g) y la leche. Cocina a fuego lento, removiendo constantemente hasta que la mezcla espese un poco. No debe hervir, solo calentar hasta que se espese ligeramente.
- Disolver la gelatina:
- Escurre la gelatina hidratada y disuélvela en la mezcla caliente de leche y yemas, removiendo bien.
- Añadir el café:
- Incorpora el café ya preparado a la mezcla de leche, yemas y gelatina. Deja que la mezcla se enfríe a temperatura ambiente.
- Unir todo:
- Una vez que la mezcla esté fría, agrega suavemente la nata montada, con movimientos envolventes para que no pierda aire.
- Montar el semifrío:
- Vierte la mezcla en un molde de silicona o en recipientes individuales. Lleva al congelador durante al menos 4 horas (mejor si se deja de un día para otro).
- Servir:
- Desmolda el semifrío y decora con chocolate rallado o cacao en polvo si lo deseas.
¡Y listo! Ya tienes un delicioso café semifrío para disfrutar. Puedes acompañarlo con unas galletas o una crema de chocolate para hacerlo aún más irresistible.