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Limpiá los chiles secos quitando semillas y rabos.
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Calentá el aceite en una sartén y freí suavemente los ajos, luego los chiles, cacahuates y sésamo sin que se quemen (fuego bajo). Solo deben inflarse y dorarse ligeramente. Retiralos rápido.
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Dejá que se enfríe todo un poco.
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Llevá todo a la licuadora (incluido el aceite), agregá sal, vinagre y el azúcar si usás.
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Licuá ligeramente (queda mejor con textura), no tiene que ser una pasta totalmente lisa.
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Guardá en un frasco de vidrio limpio y seco. Refrigerá o mantené en lugar fresco y oscuro.
Consejitos:
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Si te gusta bien picante, usá más chile de árbol.
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Agregá orégano o un poco de canela si querés un toque diferente.
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Dura hasta 1 mes en la heladera si está bien cubierta de aceite.