-
Precalienta el horno a 200 °C (con calor arriba y abajo, sin ventilador).
-
Forra un molde redondo de unos 20-22 cm con papel de horno (que sobresalga bastante, porque sube al hornear). No hace falta engrasarlo.
-
Bate el queso crema con el azúcar hasta que esté cremoso y suave.
-
Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada uno.
-
Incorpora la vainilla y la pizca de sal.
-
Agrega la nata poco a poco mientras bates, hasta que esté totalmente integrada.
-
(Opcional) Tamiza y añade la harina para que quede un poco más firme al enfriar.
-
Vierte la mezcla en el molde forrado.
-
Hornea durante 40-50 minutos, hasta que la superficie esté dorada y algo quemada. El centro debe seguir temblando al mover el molde.
-
Saca del horno y deja enfriar a temperatura ambiente. Luego refrigera al menos 4-6 horas (mejor de un día para otro).
Notas:
-
Si quieres un centro aún más líquido, reduce el tiempo de horneado unos 5-10 minutos.
-
Puedes servirlo solo o con frutas rojas, mermelada o una cucharada de nata montada.