1. Preparar la base:
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Tritura las galletas en un procesador de alimentos o con un rodillo hasta que queden bien desmenuzadas.
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Mezcla las galletas trituradas con la mantequilla derretida hasta que se forme una masa homogénea.
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Coloca la mezcla en el fondo de un molde desmontable (de unos 20 cm de diámetro) y presiona bien para que quede compacta.
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Refrigera la base mientras preparas el relleno.
2. Preparar el relleno:
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En un bol grande, bate las claras de huevo a punto de nieve con una pizca de sal hasta que estén firmes.
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En otro bol, bate la nata con el azúcar hasta que esté montada (pero no demasiado).
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Agrega el queso mascarpone (o queso crema) y la esencia de vainilla a la nata montada y mezcla bien.
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Añade el jugo de los dos limones y su ralladura. Incorpora todo suavemente para que la mezcla quede bien integrada.
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Con una espátula, incorpora las claras de huevo montadas, mezclando con movimientos envolventes para no perder el aire que le dará esponjosidad al semifrío.
3. Montar el semifrío:
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Vierte la mezcla sobre la base de galletas que habías enfriado.
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Alisa la superficie con una espátula y cubre con film transparente.
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Deja enfriar en el congelador al menos durante 4 horas (mejor si lo dejas toda la noche).
4. Decorar y servir:
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Antes de servir, decora el semifrío con rodajas finas de limón y hojas de menta fresca.
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Sírvelo directamente del congelador, cortado en porciones.
¡Listo! Tienes un delicioso semifrío helado de limón.
Este postre es ideal para disfrutar en cualquier ocasión, con su frescura y sabor cítrico. ¿Te gustaría alguna variación o algún otro consejo para hacerlo?