Calentar la leche y la nata: En una cacerola a fuego medio, calienta la leche y la nata hasta que estén calientes, pero sin que hiervan.
Añadir el chocolate: Trocea el chocolate y agrégalo a la mezcla caliente. Remueve constantemente hasta que se derrita por completo.
Endulzar y aromatizar: Añade el azúcar (si lo deseas) y la esencia de vainilla, mezclando bien.
Espesar (opcional): Si prefieres una textura más cremosa, disuelve la maicena en un poco de leche fría y agrégala a la mezcla, removiendo hasta que espese ligeramente.
Servir caliente o frío: Puedes disfrutarlo caliente en taza o dejarlo enfriar en moldes para obtener una textura tipo mousse o crema.
Opciones de presentación:
Acompaña con nata montada y virutas de chocolate.
Úsalo como relleno para pasteles o tartas.
Sirve con frutas como fresas o plátanos.
¡Un postre casero delicioso y súper fácil de hacer! ¿Te animas a prepararlo?