1. Ajo fermentado con miel (para fortalecer las defensas)
Pelar 10 dientes de ajo y colocarlos en un frasco de vidrio.
Cubrir con miel pura y dejar fermentar durante 7 días.
Consumir 1 diente al día en ayunas durante el invierno.
2. Ajo asado (para la digestión y el sabor)
Cortar la parte superior de una cabeza de ajo, rociar con aceite de oliva y hornear durante 25 minutos.
Usarlo como untable o como base para sopas.
3. Infusión de ajo (para depurar el organismo)
Hierve 1 diente machacado en una taza de agua durante 5 minutos.
Bébelo caliente dos veces por semana.
Conclusión: Cultivar tu propio ajo es fácil, económico y garantiza un ingrediente fresco, saludable y sabroso. ¡Anímate a probarlo!