El truco de la cuchara que podría haberme ahorrado innumerables dolores de cabeza

Así es como funciona:

Toma una cuchara de metal sólido, preferiblemente de acero inoxidable, y busca una superficie plana y estable para trabajar. Sujeta firmemente la lata y coloca el borde de la cuchara justo donde la tapa se junta con el borde de la lata.

Aplica presión constante y empieza a frotar la cuchara de un lado a otro a lo largo del borde sellado. Tras unos segundos de movimiento firme y constante, notarás que el metal empieza a desgastarse. Una vez que aparezca un pequeño orificio, sigue trabajando alrededor de la tapa hasta que puedas abrirla por completo.

Aunque no ofrece la misma velocidad y facilidad que un abrelatas tradicional, este truco es fundamental cuando no tienes uno. Ya sea que tengas una emergencia en la cocina, estés de campamento o simplemente no encuentres tu abrelatas, este método de la cuchara es una alternativa confiable.

 

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